Septiembre del 2010
Sony DSC-W230
Demasiados adjetivos que la apuntan a ser una ácida película con carácter crítico, pero… si bien hay algo de ello no va a tanto. Se enfoca a representar la los trastornos de la ambición y la corrupción general, la hipótesis de un medio para tambalear la economía mundial, esto con sus entremeses de sueños infantiles de riqueza, de la interacción de una diversidad cultural, y lo sentimental lo dejamos en el amor prohibido al estilo Montesco/Capuleto de un par de adolescentes húngara y gitano.
Trata de cómo en un barrio marginado de Budapest (tanta prostitución me recordó a unas películas porno que vi hace años tituladas “Noches de vicio en Budapest”) un grupo de chicos busca como cambiar su suerte de pobres, la manera más sencilla de ser ricos: el petróleo. Los integrantes de este grupo son estereotipos generales de una pandilla, así que el chico listo traza el plan para viajar en el tiempo, hacer una hecatombe de mamuts y esperar que con la mezcla de minerales y los miles de años se cree. Lo consiguen y es donde comienza el conflicto pues el despilfarro de dinero no se hace esperar además de que hablamos de transacciones millonarias, caos político-económico en el mundo e intrigas destructivas de las naciones. Budapest aunque no saben ni donde está se convierte en el foco de atención.
Además de gente del barrio tenemos la sátira de personajes como G. W. Bush, Puttin, Tony Blair, Bin Laden, el Papa, entre otros. Este aspecto político comparte diálogos cómicos con el sexo, ambos tipos de chanzas están bien trillados, pero… por lo que se vio en la sala, a pesar de lo trivial que puede ser el chiste se recibe “bien”, con “aceptación” de lo que ya se sabe vendrá. La animación, para mí, un poco desesperante, 2D al estilo historieta con sus momentos 3D (alguna panorámica por ejemplo). La música… algo que me fastidio porque igual, lo mío para nada es el hip hop. El final… salida fácil empapada de humor negro… X.