La Horde

Directores: Yannick Dahan y Benjamin Rocher
País: Francia
Año: 2009
Duración: 90 min. aprox.
Trailer

Realmente tenía ganas de ver ésta, y no porque esperase algo genial, sino porque quería zombies, acción y violencia a la francesa, eso y nada más. Y debo decir que cumplió mis expectativas al 100, además “La horde” es un título que me encanta como suena. Una película más de zombies que explota los mismos clichés, no se arriesga a proponer, sí, pero… cautiva. Con todo y que había un cable que cruzaba parte de la pantalla impidiéndome una visión perfecta.

Vamos por la reseña, copy/paste: Al norte de Paris, un grupo de policías corruptos intenta vengar la muerte de uno de los suyos en un edificio que sirve de escondite para el ganster culpable. En medio del enfrentamiento entre ambos, algo inimaginable sucede, una horda de criaturas sanguinarias y caníbales invaden el edificio atacando salvajemente a todos. Inesperadas alianzas nacerán cuando vean su vida en peligro.

Bien, eso es todo, bastante básico. Tras el funeral estos policías, casi una familia/mafia lidiada entre la ley y la corrupción opta por la venganza, tomando por asalto la guarida de los otros mafiosos. Hasta acá, una atractiva propuesta que nos hace pensar que vendrá mucha acción: mafias, venganza, un edificio vacío, cámara en mano que busca generar empatía con los personajes, transmitir su aprensión, la ira, su sed. El factor sorpresa es una gran ventaja, pero estos inmigrantes por quien van son más duros y terminan por tomar el control, personajes caen rápidamente y se reduce el número. La tensión entre ambos grupos está a punto de estallar cuando hace su aparición un tercer grupo: La horda. A partir de este momento es una constante claustrofóbica para escapar (salir de este edificio infestado, nada que ver con REC).

Y así tenemos lo que esperábamos, una argumento bastante simple (¡es una película de zombies y mucha acción! ¿Qué se esperaba?) a través de un juego de cámaras genial, rápido, agudo, algunas panorámicas, tomas abiertas, planos fijos, cambios de objetivo, un derroche de energía: tiroteos, hachazos, explosiones, peleas cuerpo a cuerpo con los zombies; unos seres infectados rapidísimos y voraces, la tensión extra al ver a ambos grupos obligados a confiar mutuamente, humor negro, drogas y unas personalidades bien explotas: de forma endeble y muy tópica pero nos permite ubicar a cada personajes, todos distintos entre sí, leales a su pensar. Pútrida interacción, ¿si no pueden confiar en el otro bando, al menos sí entre ellos? Alianzas, traiciones, combates, sobrevivencia. Un veterano que de un cuadro secundario pasa a robar cámaras por su acidez y desfachatez.

Es como un videojuego, si les gustan los zombies o los videojuegos survivor les va a gustar. Enfrentamientos que nos recuerdan al paso de niveles donde conforme avanzan, episódicamente, las hordas son más poderosas, más una que otra escena sumamente exagerada, apoteósica y heroica, que entre una carcajada breve aprobamos. Y hay cosas que encajan bien y hacen permisibles otras, como cuando se ponen a jugar con una zombie, ¿Qué necesidad hay de incluir algo así? Hey, los tipos están drogados con sus vidas a punto de volar, ¿qué hay de raro?

Y el final… bueno, es obvio que la razón por la que Paris está siendo azotado por la horda no la sabremos, así que el final va más individual, el futuro de los sobrevivientes, incierto. A mi me me gustó, rápido y fatal, a otros no.

Claro, mi buen humor no me hace exentarla de algunas estupideces, como la despensa zombie ¿qué demonios con eso?

Entretenimiento burdo y bien hecho.

Agradable contacto francés en este campo muy poco explorado, no conozco más que la aburrida Les Revenants y la animada serie Hotel Zombie (pasaba hasta hace poco en el 11, tv México), y la qué quiero ver totalmente serie Z, Paris by night of the living dead de Grégory Morin.