Director: Evan Glodell
País: E.U.A.
Año: 2011
Duración: 106 min. aprox.
Sitio: Coatwolf/Bellflower
Trailer
Género: Romance - Drama / Road Movie - Amistad - Cine Independiente USA
-¡Hey, chicos! ¿A dónde van?
-¡Al infierno! ¡Y al cielo!
Excelente ejemplar de cine independiente con la que debuta Evan Glodell, sombrío y estimulante, pero vamos, no escribiré ahora de ello para no aburrir… y es que también me urge decir: ¡Recomendada!, te termine gustando o no, tienes que verla.
En mi particular caso, es un filme que termina dejándome… tibio, esto es que no sentí que eclosionara la catarsis para la cual me estaba preparando, ese estallido violento y arrasador, que nos arrastra al pavimento bordeado por kilómetros de aridez. No… pero sin embargo sin dudar puedo decir que es una película que se ubica entre mis favoritas, que disfruté mucho de principio a fin cada uno de sus aspectos… Te cuento de qué va…
Es un periodo de transición en la vida de Woodrow y Aiden, los mejores amigos, procedentes de Wisconsin y obsesionados desde niños con el mundo de Mad Max deciden además de vivir siempre en movimiento, hacer honor a la mecánica y realidad de Mad Max, construyendo un lanzallamas, “cientos de libras de cobre y acero en la espalda”, y perfeccionando el vehículo, Medusa, cual Interceptor, que les permitirá poseer la supremacía en un mundo post-nuclear con su banda/pandilla Mother Medusa. Sí, no sabemos de dónde sacan para vivir (y por favor, trata de ignorar esto, no arruines la historia) pero es a lo que dedican su vida, a su hobbie, además de beber cerveza. Bien, estos sujetos por casualidades del destino conocen en un bar a Milly y sus amigas: el surgimiento de un abrasador amor entre el tímido y lindo Woodrow y Milly, miradas y sentimientos que se cruzan, mientras se atascan la boca de saltamontes vivos y suena Running up that hill.
Todo es tan… perfecto, las amigas se emparejan con los amigos, y la relación de Woodrow y Milly es tan autentica, tan pura como un espontaneo y alocado viaje a Texas en un busca del más escabroso y sucio restaurante bar, días de una intimidad tan profunda, donde nada ni nadie importa más que el presente.
Pero sabemos que las cosas no son eternas, sí, es obvio y sí, es predecible. El desamor, la pasión vuelta en contra, la confianza quebrantada, la locura, la decadencia, la autodestrucción encabezada por un corazón piromaníaco, hecho trizas, sediento de apocalipsis… nubarrones de traición… respaldado por un amigo fiel, un ángel de alas de cenizas psicotrópicas.
Quizá el argumento de Bellflower sea tramposo y en algunos momentos cadenciosos, pero la atmósfera es un plus, la fotografía atrapante. La portada inflamable. La música deliciosa, la actuación buena. El desarrollo a modo de “capítulos” ideal. Y los personajes, las situaciones, no sé para ti pero para mí es algo con lo que me identifico un tanto. Ese delirio existencial que nos hace palpar el vacío de la vida, ese complejo de Peter Pan ante la abrumadora realidad: crecemos, maduramos y las fantasías se pierden… y nos abrazamos a ellas. Y la manera en que el azar encausa nuestras vidas, hoy decides salir no sé a dónde y casualmente conoces a alguien capaz de transformar radicalmente tu vida, al final ya sea que reboses de felicidad o que estés al borde del suicidio haces el recuento de esa gente importante y notas que es tan irónico el primer contacto, ¡no sabes ni cómo pasó!
My friend, you are Lord Fucking Humongous!: the Master of Fire, the King of the Wasteland!
Sobre Evan Glodell, estamos ante un tipo de verdad prometedor. Es el director, el guionista, el protagonista (Woodrow), el responsable de la aceitosa, esteparia y encendida fotografía (cuenta su pasatiempo es modificar cámaras de videos, es la cámara, no sólo un filtro). Y todo con la mínima cantidad de 17 mil dólares. Espero con entusiasmo su siguiente película.
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Ven aquí, pequeño bastardo… Está bien que duela.
¿Redención o Apocalipsis? Tú decides…
Si la quieres descargar te sugiero este enlace.
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