domingo, 12 de febrero de 2012

The Bang Bang Club


Director: Steven Silver
País: Canadá
Año: 2010
Duración: 107 min aprox.
Trailer

Género: Drama / Basado en hechos reales


“Descubrimos que la cámara nunca fue un filtro que nos protegiera de lo peor que tuvimos que presenciar y fotografiar. Más bien al contrario, parece como si las imágenes se hubieran quemado en nuestra mente además de en nuestros negativos”


Sinopsis: Kevin Carter, Ken Oosterbroek, Greg Marinovich y Joao Silva formaron en la década de los 90 el Bang-Bang Club. Con este nombre se conoció al grupo de fotógrafos que cubrió los violentos incidentes que acompañaron al movimiento de liberación de la raza negra en Sudáfrica: la lucha contra el Apartheid.


Película basada en hechos reales que nos remiten de una forma muy elemental (y por ende, realista) a lo que fue el The Bang Bang Club, un grupo de fotoperiodistas denominados así por la South African magazine living, que vio su dinámico inicio y fatídico final en la culminación (1990 a 1994) de más de 50 años de injusticia y segregación racial en Sudáfrica: el apartheid, una corrupción y depravación legal que privó a los naturales de completamente todos sus derechos, haciendo a los blancos poseedores de su nación y a los negros marginándolos, despojándolos de un hogar, trabajo y su misma nacionalidad. Décadas de opresión, violencia y muerte, donde Nelson Mandela y el Movimiento de Conciencia Negro tuvieron gran protagonismo.

Un filme que no se aventura a profundizar de más y caer en falsedad y que prefiere recrear los hechos bien sabidos por todos, algo que a pesar de sus defectos narrativos (mínimos en el desarrollo, más evidente en el apresurado comienzo) nos hace disfrutar y más aún si conocemos previamente la historia (que seguro sí, hoy en día es parte de la cultura popular por sus hazañas, los premios Pulitzer y la tragedia), y todavía más si somos fotógrafos. Resulta todo un gusto observar los homenajes que hacen Miroslaw Baszak y Steven Silver a las fotografías de Greg Marinovich y Kevin Carter, el momento del click.

El soundtrack a mí gusto, fantástico, un poco de Lou Reed, Radiohead y Malinowski, algo más de Urban Creep e Illegal Gathering entre otros. Justo para hacernos sonreír (que también tiene su dosis de diversión) y también para tonificar esos puntos de dramatismo y desasosiego. La actuación, sin ser relevante es correcta, la caracterización de los personajes es buena, con el papel protagónico recayendo sobre Greg e ilustrando a Kevin. En cuanto a Kevin… me parece una postura más que ideal la que se toma aquí, sin caer en excesos retrata su decadencia en las drogas y lo humaniza exponiendo de forma neutral todo la polémica que acarreo su Pulitzer. No lo hace ver como el maquiavélico fotógrafo sin escrúpulos pero tampoco lo indulta.

¿Qué es lo que vamos a ver aquí? Esto bien podría ser un Spoiler pero es algo que ya se sabe, por fotografías, artículos, reportajes, etc. Así que no importa:

-El primer contacto de Greg con los otros fotógrafos, Joao como independiente y Ken y Kevin contratados de tiempo completo.

-La aventurada incursión de Greg en una de las más violentas comunidades del Soweto. De donde nadie salía con vida…

-La entrada de Greg al círculo. Agradable la amistad fraternal que se nos muestra, competitiva y leal.

-El Pulitzer Spot News Photography que obtuvo Greg en 1991. En donde fotografía a partidarios del Congreso Nacional Africano asesinando brutalmente a un hombre que creían espía del Inkatha.
Cuando vi que lo rociaban con nafta creí que ya estaba muerto. Entonces oí a las mujeres ululando y vi al hombre que creía muerto corriendo envuelto en llamas, de manera torpe y urgente, como si así pudiera escapar del dolor."
Y las cuestiones legales por las que tuvo que huir hasta que se “calmaran las cosas” y regresar ya respaldado con la publicidad de su premio.

-El antrillo en el que se reunían después de las jornadas de trabajo.

-La fatalidad de la Guerra civil.

-El momento en que los nombran The Bang Bang Club, ante su negativa de llamarse The Bang Bang Paparazzi.

-Cuando Kevin viaja con Joao a Sudán con la O.N.U. y toma aquella fotografía el 11 de marzo del 93 que le daría y Pulitzer y también fuertes críticas que cuestionaban su integridad moral. La polémica que lo rodeo, la presencia de distintas versiones que no hacían más que empeorar las cosas. A ratos Kevin decía que había esperado más de 20 min a que el buitre abriese sus alas para tener ese dramatismo y esto sin prestar ayuda a la criaturilla y que no sabe que fue de ella, pues su trabajo no es ayudar, tomar partido, sino generar imágenes que expresen, denuncien y conmuevan. Pero Joao decía que no era para tanto, que la criatura estaba a unos cuantos metros de sus padres, refugiados que descargaban el alimento que la O.N.U. les hacia llegar, que habían montones de niños así y de buitres esperando los desperdicios de la comida.

Su nombre era Kong Nyong...

-La muerte de Ken en Thokoza, días antes de las primeras elecciones multirraciales. Fueron a fotografiar todos excepto Kevin un tiroteo entre los del Congreso Nacional Africano y los Peacekeepers. Ken y Greg fueron alcanzados por las balas.
Está parte me parece… genial, ligeramente escalofriante lo surrealista que parece, el punto en el que se pierde respeto a la muerte, tan habituados a ellos… divirtiéndose entre disparos como si estos fueran de goma. Y aquí es donde nuevamente se recrea una fotografía real así como las ganadoras de los Pulitzer; en este enfrentamiento había otros periodistas que filmaron y fotografiaron el suceso. En una de las fotos aparece Joao fotografiando a Ken, ya derribado y probablemente muerto (o casi muerto) siendo arrastrado.

-Finalmente, el suicidio de Kevin.
… deprimido… sin teléfono… sin dinero para el alquiler… dinero para ayudar a los niños… dinero para las deudas… ¡¡¡dinero!!! Estoy atormentado por vividos recuerdos de asesinatos y cadáveres y furia y sufrimiento… de niños hambrientos o heridos… de locos de gatillo fácil -a menudo policías-, de verdugos asesinos… He ido a reunirme con Ken, si tengo suerte.”

Agradable “biografía” de cuatro fotógrafos blancos sudafricanos que crecieron en medio de esta violencia social y que encontraron en la fotografía periodística su forma de vida. Con el riesgo a deshumanizarse, cuando hay un ideal, no queda más que luchar por él, aunque la vida este en juego. Ken muere en el tiroteo, Kevin a los cuantos meses se suicida. Greg y Joao aún viven, hace unos años lanzaron un libro que rememora sus vivencias en el Bang Bang Club: The Bang-Bang Club: Snapshots from a Hidden War. Hoy en día siguen vivos aunque sería todo un tema más el platicar que ha sido de ellos, pero en breve: ambos continuaron siendo fotógrafos de Guerra, ya por separado, pero Greg lo dejó antes de que le pasase algo mientras que Joao en el 2009 perdió las piernas tras pisar una mina en Afganistán, y aquí es donde… creo que hay un gran valor sí, pero ya se pierde la esencia del fotógrafo, el cual ya es abstraído y devorado por la misma devastación: se cuenta, que hasta el último aliento Joao, sin piernas, en el suelo seguía tomando fotos…



Les recomiendo mucho esta entrevista que le hacen a Joao y si les interesa… checar sobre el… apasionante mundo de los reporteros y fotógrafos de guerra.


No hables. Sólo dispara.

Rammbock: Siege of the Dead


Director
: Marvin Kren
País: Alemania
Año: 2010
Duración: 58 min. aprox.
Trailer (Recomendable NO ver, spoilers).

Género: Drama / Zombis


Humilde y sin dudar al manejar el adjetivo Buen mediometraje alemán. Siege of the dead, también conocida como Rammbock tiene dos puntos malísimos: el título y la portada. Que genera en el futuro espectador una idea errónea que bien puede sorprender y gustar (si les agrada algo más “profundo” que violencia sin más) o defraudar (en caso de que se esperen una exhibición intestinal orquestada por zombis).

Rammbock es un filme de bajísimo presupuesto (lo cual se deja ver en toda la cuestión técnica) pero que tiene un argumento/guión, que con todo y lo cursi y chocante, puede ser una buena lección a las películas de serie Z. Dejando a un lado la violencia explicita (de hecho en esta película ningún zombi es asesinado) y enfocándose más en el drama de los personajes avanzan los minutos ofreciéndonos un panorama más sentimental, ligeramente tierno y obsesivo, en donde la construcción psicológica es lo imperante.

Y así… acompañamos a Michael, un hombre que viaja a Berlín con el objetivo de ver a su ex-novia excusándose en que “tiene que devolverle las llaves”, y quién sabe, quizá corra con suerte y pueda reanudar ese amor compartido que tanto extraña.
Pero… es en Berlín, una de las primeras ciudades en las que comienza a propagarse un virus que trastorna a las personas, cual rabiosas, descargan sus instintos sobre carne viva, sumamente rápidas y sensibles al sonido. La aparición de Michael en el complejo de departamentos coincide con dicha infección, obligándole a resguardarse al igual que algunos vecinos, imposibilitados de salir. La sobrevivencia dependerá de la ayuda mutua de estos personajes, que puede ser permeada por el egoísmo o bien la misma obsesión del amor.

Cómo ven, no es nada nuevo enfocarnos en los sobrevivientes y sus relaciones interpersonales, algo que comenzó Fisher con The earth dies screaming, difundió Romero con Night of living dead y hoy en día mantiene actual la serie Walking dead (entre otras cosas, claro), y mucho menos el escenario que nos recordará un poco a [•REC] (departamentos-vecinos y una escena muy similar: la anciana), sin embargo… es muy agradable ver como una película de zombis ignora casi la violencia gráfica y sale avante, logrando sumergir en una atmósfera de tensión claustrofóbica, amenazadora y de sentimientos encontrados (esperanza y tristeza, romanticismo).

Si no la han visto sugiero no seguir leyendo.

La idea del protagónico me gusta, un antihéroe estructurado un tanto fuera de lo común, desde su aspecto físico: bonachón, torpe, a sus características psicológicas, sumamente obsesionado, que el mundo desapareciese a zarpazos para nada le interesa, ni el hecho de que seguramente morirá si las cosas continúan así, lo importante para él es comunicarse con su Gaby y punto… pero… hay una contradicción, él la ama al punto de dar su vida por ella pero cuando se entera que tiene a otro hombre decide dejarla, olvidarse de ella y no mencionarla más. Un héroe que finalmente… obtiene su recompensa tras su acto redentor, sacrificio.
Ya menos de mi interés pero también agradable el contraste de las parejas: edades, muerte, vida.
Curioso y desesperante ver como prefiere colgarle a su amigo quien está a punto de decirle lo que tiene que hacer para sobrevivir, sólo porque “¿qué tal si Gaby llamada y el celular está ocupado?”. Actuar observado igual en su reacción con los tenedores.


Una duración breve y que nos puede dejar un sabor a superficial pero efectiva. A mí gusto, y en este momento, un filme fresco que nos ofrece una perspectiva “diferente” a modo de panfleto.


Si la quieren descargar pueden ir a este enlace en Taringa a hacerlo.

lunes, 6 de febrero de 2012

Death Bell


Director: Chang
País. Corea del Sur
Año: 2008
Duración: 85 min. aprox.
Trailer

Género: Terror - Thriller / Asesinos en serie


Los acontecimientos se suceden un viernes en un colegio/internado privado al que asiste la “elite” de la sociedad. Apunto de enfrentarse con sus símiles académicos de otro colegio los directivos integran una “clase especial” con los mejores alumnos, quienes iniciaran un curso intensivo ese mismo fin de semana. En esta institución los estudiantes ante los estándares de exigencia, las constantes evaluaciones (los mejores promedios, en orden aparecen enlistados en pantallas soportadas del techo de los pasillos) y la situación socioeconómica de sus familias, viven bajo un gran estrés; sin embargo, el pertenecer a dicha clase es un orgullo. Todo avanza con normalidad hasta el comienzo de dicho curso cuando una de las estudiantes desaparece, de un momento a otro la pantalla en el aula se enciende, es ella encerrada en una pecera, una voz les da las instrucciones, la prueba a iniciado, a contrarreloj tienen que resolver el acertijo o su compañera morirá ahogada, y en caso de ser así, a ella le sucederán más alumnos. Con las vías de comunicación bloqueadas y la real amenaza de muerte si abandonan las instalaciones, alumnos y profesores tendrán que jugar ese… juego macabro.

No vi el trailer ni leí nada antes de verla más que la sinopsis, aún así ya sabía que no estaba ante una gran película, más bien era una de esas que uno ve por mero entretenimiento gratuito, y… es lo que es. Una propuesta de terror de hasta entonces un director de video-clips musicales que más bien parece una vaporizada mezcolanza de clichés del género que… desgraciadamente y a pesar de tener un final decente jamás logra aterrizar. Por un lado tenemos el elemento colegial que nos recuerda un poco a Battle Royal, por otro el factor sobrenatural el cual jamás ensambla del todo y que nos rememora a esas ondas tipo The Ring y The Grudge y… lo que si nos recuerda mucho es a la sobreexplotada SAW (saliéndome un poco del tema… vaya… no contentos con sacar cuanta secuela pudieron James Wan se aventó todavía The Jigsaw Files :-S).

Agradable fotografía, actuación decente y un mal guión no hacen de esta película un filme malo pero si… no tan recomendable. Con la intención de sorprender nos traen rebotando entre colegiales, un poco de gore-light y cuestiones fantasmales del pasado, demasiados cabos sueltos y resoluciones obvias. Pero afortunadamente dura menos de hora y media y la “confusión” que nos genera esto de la mezcla de géneros nos distrae un poco de la incomodidad ante la influencia tan marcada de SAW y en sí del cine de terror norteamericano para con esta obra surcoreana.

Por cierto, hay una secuela: Death Bell 2: Bloody Camp. A cargo de otro director (también debutante).

domingo, 5 de febrero de 2012

Matar a un Niño [Cortometraje]


Directores: César Esteban Alenda y José Esteban Alenda
País: España
Año: 2011
Duración: 9 min. aprox.

Género: Drama


Es domingo. Es el despertar feliz de un día desgraciado. A las diez en punto, un niño feliz va a morir.


Matar a un niño es el cortometraje más reciente de los Hermanos Alenda, quienes el año pasado presentaron El orden de las cosas (sutil, metafórica y contundente bofetada para despabilar ante la arraigada violencia de género), nuevamente nominados al Goya al mejor cortometraje de ficción.

Desde una narrativa totalmente diferente, menos onírica, con el sabor de amarga realidad nos ofrece una remembranza a través de una voz en off (poéticamente trágica, memorias imborrables del pasado) y en la mayoría del metraje una serie de fotogramas fijos en blanco y negro. Reiterativamente nostálgica, de imágenes redundantemente reflexivas… Simbolismos. El café que sin azúcar es amargo, el flujo del tiempo, el gozo ante la frescura de un pez muerto, una cuerda inútil, las palabras que finalmente no alcanzar para definir el quiebre, la destrucción de una vida.

Por otro lado… un plus la música por parte de Sergio de la Puente (compositor español). Buen corto, hipérbole monocromática pero envolvente y efectiva.



Inocencia: Estado del alma limpia de culpa.