Cinerama [V.D.]: Something Must Break

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Something Must Break

Nånting Måste gå Sönder

Director: Ester Martin Bergsmark

Guionistas: Eli Levén y Ester Martin Bergsmark (una novela de Eli Levén)

País: Suecia

Año: 2014

Duración: 81 min. aprox.

Trailer

Género / Tópico: Drama - Romance / Homosexualidad - Transexualidad

Sinopsis: Cuando Andreas y Sebastian se conocen, saben que están hechos el uno para el otro. En plena borrachera de amor, toman la ciudad vacía en verano: hurtos en el 7-Eleven, bailes en azoteas, baños furtivos, noches eufóricas. Pero a Andreas, heterosexual, le cuesta asumir su amor por Sebastian, pues en su frágil feminidad, no deja de ser un hombre. Y, como dice la canción de Joy Division que da título al film, algo debe romperse.

Personajes / Reparto

Saga Becker es Sebastian
Iggy Malmborg es Andreas
Shima Niavarani es Lea
Mattias Åhlén es Mattias
Entre otros

NOTA: 7.1 / 10
(Revisar escala)

Something Must Break es el primer largometraje del director transgénero Bergsmark, conocido por su documental Maggie in Wonderland (2008). Ésta, una película bastante juvenil acerca de la transexualida, la soledad, y la fragilidad de la feminidad. Seguramente un relato más intimo de lo que parece para los involucrados, ya que el director y los actores, todos ellos residentes en Estocolmo, en algún momento dudaron respecto a su orientación sexual (Bergsmark, Levén, y Becker, de hecho en la actualidad Becker se ha sometido a la cirugía de cambio de sexo). Entre otros, algunos festivales en donde ha sido galardonada es en el Internacional de Chicago y el de Guadalajara, y los Premios Guldbagge.

No obstante al permanente énfasis sobre la búsqueda de identidad sexual, aceptación propia y ante el mundo, Something Must Break es una historia romántica, que posee en su metraje, menos de hora y media, su mejor elemento; ya que es el tiempo suficiente para recrearnos en una historia mágica y carnal, exhibir las necesidades emocionales y su patetismo.

A través de una narración en off, esporádica según transcurre la película, conoceremos a Sebastián, un chico andrógino maltratado por una comunidad a la cual no se siente pertenecer. No hablamos de homosexualidad sino de la incomodidad hacía un cuerpo que no siente suyo: Sebastián no puede definirse como gay porque no se piensa hombre sino una mujer en un cuerpo de hombre. Encontrando desahogo en el mayor número de experiencias sexuales, no importándole mucho la calidad del hombre en cuestión, un escape a su soledad. Así conoce a Andreas quien, cual sexy caballero andante aparece salvando a su damisela en peligro, naciendo entre ellos una amistad y un amor platónico bordeando los límites del deseo. Andreas está enamorado y puede esforzarse pero no puede amar a un hombre; siendo el inicio de una dependencia emocional que pone en rivalidad al corazón con la mente.

Más allá de la obvia similitud con otros filmes (The Danish Girl del 2015 o Laurence Anyways del 2012), Bergsmark consigue un filme atractivo sin demasiadas pretensiones, sí, menos complejo que aquel par (más el de Dolan) y carente en algunos aspectos, pero en general agradable. Encuentro muy adecuada la elección de Saga Becker, quien debuta como actriz/actor, solemos ver a heterosexuales en loables actuaciones (Melvil Poupaud, Eddie Redmayne, Jared Leto, etc.), ¿pero, por qué no elegir a verdaderos trans?, seguramente debe haber también buenos actores/actrices trans. El uso de la cámara es otro gran acierto, favoreciendo esos momentos de intimidad y nerviosismo, apuesta entre el cine de autor y el documental para brindarnos imágenes (la mayoría funcionan) de gran naturalidad y belleza aparentemente descuidada, cámara en mano, rostros fuera de cuadro, detalles, primeros planos.

Breves dosis de humor (dulce) y tensión (de la mala, la violenta), y una constante atmósfera de melancolía e imposibilidad. Tal vez podrías pensar que no hay una verdadera introducción a los personajes: su historia y sus motivaciones, pero no hace falta, finalmente estamos contemplando una etapa de su vida, no su vida en sí. Lo que sí debo mencionar es que me hizo un poco de ruido el excesivo apetito sexual de Sebastián... y... me dejan en duda algunas escenas ¿son indispensables? ¿cuál es el fin? (por ejemplo: la orina). En cuanto a la música, bastante cursi aunque muy ad hoc (las líricas sobre todo), lo único que eche de menos fue más estridencia musical, y claro, que sonase Something Must Break de Joy Division… ¡no la esperes! será en vano.