Director: Ben Wheatley
Guionista: Ben Wheatley
País: Reino Unido
Año: 2016
Duración: 90 min. aprox.
Trailer
Género / Tópico: Thriller - Acción / Años 70 - Comedia negra
Sinopsis: Boston, año 1978. El líder de una banda que trafica con armas está realizando una venta a un par de irlandeses en un almacén abandonado. Pero el intercambio comienza a complicarse hasta extremos insospechados y no tardará en iniciarse un largo tiroteo.
Reparto / Personajes
Sharlto Copley es Vernon
Cillian Murphy es Chris
Brie Larson es Justine
Michael Smiley es Frank
Babou Ceesay es Martin
Noah Taylor es Gordon
Jack Reynor es Harry
Enzo Cilenti es Bernie
Sam Riley es Stevo
Entre otros
NOTA: 6.5 / 10
Un trato de compra-venta de armas que salió mal… Esto podría definir la película en su totalidad.
A veces me pregunto, ¿qué tanto puedo escribir sobre una película? Y es que hay filmes increíblemente grandiosos, una filosofía de vida, otros densos, simbólicos y surrealistas. Todo un tema de discusión. Pero ése no es el caso de Free Fire. De hecho Free Fire es la opción perfecta para ver cuando no quieres pensar mucho, y es una muestra del cine de acción más básico e hilarante, aún más básico qué… Hardcore Henry, por citar un ejemplo. Quiero pensar que la última película del director británico Ben Wheatley, no solamente brilla por el nombre de su director y guionista o de su reparto, y que la palabra adecuada no es “básica”, sino Conceptual.
Es 1978, y Justine ha negociado un acuerdo para la compra y venta de armas en un almacén abandonado, entre los hombres del Ejército Republicano Irlandés, Chris y Frank, seguidos por Bernie y Stevo, contratados para la carga y descarga de la mercancía; y su contraparte, los traficantes Vernon, un pretensioso sudafricano inglés, y Martin, ex-pantera negra, quienes a su vez están acompañados por Gordon y Harry, responsables de descargar las armas; y el intermediario Ord. Una palpable rivalidad nacionalista norteamericana-inglesa-irlandesa, 30 rifles de asalto y su equivalente en dinero, no hacen más que aumentar la tensión durante la transacción en donde la desconfianza y el ego se dejan escuchar a través de jactanciosas amenazas. Sin embargo, todo marcha en orden, hasta que un hecho insignificante para el negocio (no así para los involucrados) sale a luz, provocando el primero disparo y con ello, el pandemónium. El lugar estalla en una andada de disparos sin tregua en donde el caos y el delirio más absurdo imperan. Matar o morir, o mejor dicho: o escapas con el dinero, o no dejas que nadie escape.
Una estrecha coreografía y un guión aún más ajustado hacen de la zona de guerra un escenario compacto, en donde las bromas rebotan entre los escombros tanto como las balas. Aquí es donde el trabajo de Laurie Rose (director de cámaras y fotografía) cobra importancia, cubriendo todos los ángulos que le son posibles, considerando la cantidad de personajes involucrados, sin duda un desafío logístico. Y es que más de una vez puede ser difícil discernir quién está disparando a quién (y a ciertas alturas, no sólo quién sino por qué). Más humorístico que sangriento, logra mantener el interés en el caos orquestado cuidadosamente por más de una hora.
Un título… interesante ¿por qué no?, que se suma a la filmografía tan personal y sin embargo multifacética de Wheatley. En la cual podemos encontrar el terror más oscuro en Kill List (2011), la comedia negra en la road movie Sightseers (2012), la psicodelia del siglo XVII en A Field in England (2013) o la sardónica crítica social de High-Rise (2015). En Free Fire, un enfoque más conceptual, a lo Reservoir Dogs (1992) pero sin flashbacks, en donde la historia se resume en una acción: el tiroteo, y nada más.
¿Qué decir de la ambientación? Me ha encantado la época, además del vestuario el hecho de que ninguno de nuestros personajes puede desde su trinchera pedir refuerzos usando su celular, dependiendo así del único teléfono fijo disponible, una empresa tan complicada de conseguir como huir con el dinero. En cuanto al elenco, genial. De hecho llegué a pensar: ¿en eso se habrá gastado el presupuesto Wheatley? Genial por las caras que vemos, aunque siendo honestos… tristemente ninguno de ellos puede interpretar un gran papel (de hecho, es donde menos he visto brillar el histrionismo de Copley), porque su papel se remite a disparar pecho tierra y decir una que otra ocurrencia. En fin. Tenemos a Armie Hammer quien ese mismo año participo en la aclamada Nocturnal Animals; Brie Larson, quien ganó el Oscar a Mejor Actriz por Room en el 2015; El excéntrico Copley conocido por películas en District 9 (2009) y Hardcore Henry (2015); a Cillian Murphy, tan hermoso… que recordarás como El Espantapájaros en las películas de Batman de Christopher Nolan o 28 Days Later (2002), pero es más que eso, un par de películas irlandesas muy buenas protagonizadas por él son Breakfast on Pluto (2005) y The Wind that Shakes the Barley (2006), ¡debes verlas!; Jack Reynor que ese mismo año participó en la bonita Sing Street; a Sam Riley interpretando a Ian Curtis en Control (2007); Noah Taylor, un actor generalmente secundario que me agrada mucho desde que lo vi en Red White & Blue (2010); y Michael Smiley, una constante de Wheatley.
Ganadora del Premio del Público (Locura de medianoche) durante el Festival de Cine Internacional de Toronto. Un filme que en algún momento puede tornarse cansino, sin embargo, el carisma de sus personajes me parece lo saca avante. De buena factura técnica, atmósfera claustrofóbica, y aunque no siempre sus chistes resulten divertidos, creo que se tolera muy bien la hora con treinta minutos que dura. En la filmografía de Wheatley, un título de menor atractivo que sus antecesores, pero que si eres seguidor del director, debes de ver.
Como dato extra, Wheatley cuenta que se inspiró en un informe real que leyó acerca de un tiroteo en Miami de los años 80s, y el escenario, antes de liarse y para poderlo llevar a la vida real, lo hizo en la plataforma de Minecraft.
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