Murderer

Director: Chou Hsien-yang
País: Hong Kong
Año: 2009
Duración: 120 min. aprox.
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Género: Drama - Intriga / Crimen


Un drama que enfoca su primera parte a la intriga policiaca: comenzando con un fatal y ostentoso “accidente”, un intento de homicidio que deja en coma, casi muerto, al compañero de Ling y Ghost (ellos tres dirigían la investigan de un par de asesinatos perpetrados por lo que parece un asesino en serie que como sello distintivo tiene el uso de un taladro). Mientras Ling con daños menores pero con fallas en su memoria a corto plazo termina en el hospital.
A partir de aquí se desliga una serie de investigaciones donde vemos al protagonista Ling angustiado por esos lapsus y lagunas mentales, frustrado ante la desconfianza de todos y temeroso ante una posibilidad que le amenaza… y con temor intenta refutar ¿será él mismo el asesino? ¡No, no puede ser! Pero… las pistas apuntan a él…

Hasta este momento tenemos un argumento y desarrollo al que ya estamos muuuuuy acostumbrados si hemos visto algunas de las tantas series de crimen que hay, realmente no es nada novedoso y de hecho es muy predecible. Pero es aquí donde la película tiene un giro abrupto que manda a la hoguera todo lo anterior para mostrarnos un panorama totalmente diferente, brutal y sangriento. Una verdad que Ling no veía venir, ni nosotros, y que transforma el film policiaco en una macabra confrontación hacia el pasado… muy singular.


Bien, no quiero predisponer a nadie ante esta película, y en sí no es de las que ubico entre mis “recomendables”, pero sí entretiene y sí tiene el factor sorpresa. Un factor que yo sentí hilarante y absurdo, y que recibí con total incredulidad: “¿en verdad está pasando esto?”, incredulidad ante dicho giro, y ante la seriedad con que los personajes lo abordaron… Tiene lógica, sí, pero… es tan inverosímil… y los amantes del género policiaco lo detestarán… pero para quienes busquen esas curiosidades que nos hacen levantar la ceja y pensamos algo cómo “bien, quizá se ponga divertido” no resultará tan mal al final. Por otro lado, asume lo que los finales de tantas películas asiáticas, radicalmente fatalistas.

Un director del que no he visto nada más, un buen actor protagónico (bien conocido y apreciado en Hong Kong), una veraniega y azulada fotografía y una dosis de simpática violencia. No es la intrigante y sería película que esperaba, pero sí una hilarante sorpresa que no me desagradó.

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