Cinerama [V.D.]: The Midnight After

domingo, 3 de abril de 2016

The Midnight After

Na ye lingsan, ngo cho seungliu wongkok hoi wong daai bou dik hung van

Director: Fruit Chan

Guionistas: Fruit Chan, Chan Fai-Hung y Kong Hiu-Yan

País: Hong Kong
Año: 2014
Duración: 120 min. aprox.
Trailer

Género: Thriller - Ciencia ficción - Comedia - Drama - Terror

Sinopsis: Un minibús nocturno con 17 personas a bordo cruza el túnel Lion Rock camino de Tai Po desde Kowloon. Al pasar el túnel descubren que el mundo ha cambiado y toda la gente ha desaparecido a excepción de un extraño hombre con una máscara de gas. Su futuro dependerá de las decisiones que tomen como grupo.

Reparto / Personajes

You-Nam Wong es You Zhi-chi

Janice Man es Yuki

Simon Yam es Wong Man-fah

Kara Hui es Mak Sau-ying

Tien You Chui es Shun

Suet Lam es Suet

Goo-Bi GC es Pat

Shing-Cheung Lee es Bobby

Sam Lee es Blind

Entre otros

Aunque inolvidable por su parábola social de terror gastronómico, Dumplings (2004), la filmografía de Chan comenzaba a carecer de interés, de modo que The Midnight After no sólo es su película más reciente, también su nueva consecución, menos contundente y controversial pero indudablemente para mí, un acierto crítico y humorístico. Una salvajada de ciencia ficción que estriba entre el surrealismo post-apocalíptico viral y el análisis social hongkonés, no por sus personajes los cuáles Todos son indispensables sino por sus acciones en conjunto: su ignorancia lingüística y cultural –¿a qué país me recuerda?–, xenofobia y un especial desprecio/odio hacia los chinos –recordemos en 1997 se dio la transferencia de la soberanía de Hong Kong por parte del Reino Unido a China–, algún gag político bastante simplón, y prejuicios, complejos y delirios varios de personas en situaciones complicadas.

Algunas personas consideraran a The Midnight After una tomadura de pelo. A mi me agradó, incluyendo sus gags fallidos y parodias al cine de terror y de ciencia ficción del fin del mundo –y es que, la clave para que un mal chiste no melle nuestro agrado es no excederse, y Chan sabe hacerlo. No funciona al cien pero me resultó simpática en sus dosis de violencia y humor negro, y la inclusión fantástica de David Bowie en el soundtrack. No obstante hay algo que no la deja brillar por completo y eso es el final… pero qué más da. ¿Cuántas veces no pasa eso?

Chan reflexiona, ¿podrías imaginar un Hong Kong sin el odioso tráfico y las grandes aglomeraciones humanas? Es más sencillo pensar en una invasión alienígena o un brote viral zombi asolando la ciudad ¿verdad?, y eso lo entendemos muy bien quienes transitamos por la Ciudad de México (Hong Kong tiene poco más de 7 millones de habitantes, la CDMX más de 8 millones). A esta premisa deben enfrentarse los pasajeros de un minibús cuando sin explicación alguna se enfrentarán a la salida de un túnel a su ciudad deshabitada. ¿Acaso son los únicos sobrevivientes? ¿Saltaron a otra dimensión, viajaron en el tiempo, es un cataclismo nuclear o una pandemia? Incógnitas que surgirán con el paso de los minutos y llevaran a nuestros personajes a la mayor confusión, mientras nos movemos de lo cotidiano a lo singular, y de lo apocalíptico a lo absurdo caricaturizando la naturaleza y barbarie humana (a lo “El señor de las moscas” de Golding).

Excéntrica alegoría urbana, desde ya te comento si lo tuyo son las “respuestas” evita The Midnight After. Si no tienes problema con ello, adelante. Chan sabe hacer suyo muy bien el género y a pesar de perder fuerza me parece entretiene en sus dos horas, apoyado de una aceptable fotografía por parte de Lam Wah-Chuen (quien había trabajado ya con Chan en el thriller romántico de 1997, Made in Hong Kong), un dinámico manejo de cámaras disfrazando el bajo presupuesto del filme, y la caracterización de sus personajes (no es importante, ninguno es más importante que otro pero hay que hacer mención de Suet, recurrente en la filmografía de Johnnie To).

Por último, comentar que Chan se basa en la novela online “Red Minibus to Tai Po” escrita por Mr. Pizza (un joven de nombre anónimo). Ésta al tener tanto éxito se publicó en físico y fue uno de los tres libros más vendidos ese año en Hong Kong.