La Tortue Rouge
The Red Turtle
Director: Michael Dudok de Wit
Guionistas: Michael Dudok de Wit y Pascale Ferran
País: Francia
Año: 2016
Duración: 80 min. aprox.
Trailer
Género / Tópico: Animación - Aventuras - Drama / Naturaleza - Familia - Surrealismo
Sinopsis: Historia muda sobre un náufrago en una isla tropical desierta, poblada de tortugas, cangrejos y aves. La película cuenta las grandes etapas de la vida de un ser humano.
NOTA: 9 / 10
¡Cómo pasa el tiempo! A mediados del 2014 las redes sociales se llenaron de comentarios lamentando el cierre del estudio japonés Ghibli. Adiós a una era mágica, presagiaba para muchos el retiro de Hayao Miyazaki. Por su parte su cofundador Toshio Suzuki comentaba: Sobre qué hacer con el futuro de Studio Ghibli, es imposible seguir produciendo para siempre. Sin embargo, haremos una breve pausa para considerar hacia dónde queremos ir. El tiempo ha pasado y la incertidumbre cedido a la internacionalización. La tortue rouge es el primer largometraje del francés de Wit –galardonado en los Premios Oscars del 2001 por su cortometraje Father and Daughter–, y la primera coproducción internacional y película posterior al “cierre temporal” de Studios Ghibli. Una fábula tan simple, tan pura, como emocionante. Premiada en diversos festivales del mundo y ganadora del Premio Especial del Jurado en el pasado Festival de Cannes (es la primera película animada que consigue ese premio).
Algún día creemos saber algo de la vida y no tenemos otras palabras para expresarlo que comparar esa sensación, mirando al cielo o contemplando el vuelo o el andar de algún hermoso animal, con los detalles más sutiles de la naturaleza. Aún no estamos tan ciegos. No sé, de pronto me acuerdo de la poesía de Hermann Hesse –tan conocido por sus novelas e ignorando por su poesía– en El caminante. Lo cito: Los árboles me han dado siempre los sermones más profundos. […] Son como individuos solitarios. No como ermitaños que se hubieran recluidos a causa de una debilidad, sino como seres grandes y aislados, como Beethoven o Nietzsche. En sus ramas más altas susurra el mundo y en sus raíces descansa lo infinito. Se nos olvida a veces, no somos contra la naturaleza, somos con la naturaleza. Pequeños, frágiles, viviendo a sus expensas.
Vivir no es sólo existir, es crear, saber gozar y sufrir. La tortuga roja es una alegoría a la vida (en su formato más cándido) de múltiples lecturas. No es una historia de aventuras o supervivencia, es una metáfora a través de la vida de un hombre que es arrojado violentamente a las costas de una isla virginal. El hombre, confuso añora la civilización, y armado de su ingenio construye una balsa para escapar, pero apenas abordo, ésta es destruida por alguna entidad indescifrable. ¿En qué piensa, cuál es su lógica? Por supuesto, construir otra balsa aún más grande y más sofisticada, pero el resultado es el mismo. Algo lo detiene en la isla. Finalmente descubre a una gran tortuga roja mirándolo fijamente antes de desbaratar su intento de huida. El hombre lleno de frustración rompe en ira y decide vengarse de la tortuga asesinándola. Vida, muerte y renacimiento. Sueños, esperanzas, humanidad, arrepentimiento. Crecimiento.
Ausente de diálogos la narrativa de Dudok transmite el espíritu de Studio Ghibli, su simbología, misticismo y respeto hacia la naturaleza. Una melodía magnifica en su simpleza, con estética propia, opuesta al resto de la filmografía ghibli se inclina por un estilo visual más apegado al comic franco-belga, iluminado por el carbón vegetal de sus escenarios y paisajes minimalistas. En cuanto a la música a cargo de Laurent Perez del Mar, se percibe perfecta.
Sin duda, un segundo aire prometedor para Studio Ghibli.
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