viernes, 12 de junio de 2009

Samaritan Girl


Director: Ki-Duk Kim
País: Corea
Año: 2004
Duración: 95 min. aprox.
Trailer



Onceava película realizada a velocidad en su filmografía el mismo año que Hierro 3. Es ahí donde cabe destacar el ingenio de este director, con un bajo presupuesto y 13 días para filmar crea una obra bastante digna, y con todas y cada una de las características de este director: violencia muy sutil y notable, un drama que escapa de la realidad pero nos integra, una variedad dinámica en el uso de la cámara, una fotografía cuidada, todo envuelto en concepciones metafóricas y existenciales.


Primera escena:

Toma en primer plano del monitor, Windows XP y el MSN abierto, en el display las respectivas webcam que graba sus manos tecleando.
-¿Eres guapa?
-Pues claro.
-¿Puedo verte la cara?
-Claro.
Gira la webcam y le muestra a su amiga/compañera de la escuela (ambas aún con el uniforme), ella sonríe muy contenta.
-¿Te gusta lo que ves?
-Sí, me gusta. ¿Cuánto?
-¿Cuánto sueles pagar?
-Es la primera vez...
-¿Qué tal 200,000 won?
-Genial.
-Lo decidiremos cuando lo hagamos.
-No eres un poli, ¿verdad?
-Si no lo eres, entonces nosotras tampoco.


En primera instancia es la historia de un par de chicas, amigas de la escuela que rondan los… 14. Ambas sueñan con viajar al extranjero, ¿a dónde? Sólo sabemos que algún lugar de Europa, el viaje se lo costearan a base de la prostitución de una de ellas, Jae-Young, quien opta por hacerlo de buena manera, y la otra, Yeo-Jing, le consigue los clientes, maquilla, administra el dinero y vigila en caso de que la policía ande cerca, es un negocio que les deja una ganancia considerable pero con la policía siempre al acecho es peligroso, algo que acabará haciéndose presente y tocándolas. A partir de aquí el mundo de Yeo-Jing sufre un cambio radical, mentalmente devastada se convierte en una samaritana en busca de la redención de su amiga y sus clientes. Esto se divide en tres partes:


Vasumitra

-Había una prostituta en la India llamada Vasumitra.
-¿Vasumitra? Bonito nombre.
-Se decía que cualquier hombre que dormía con ella, se volvía un devoto budista.
-¿Qué diablos les hacía?
-Supongo que les llevaba hasta el éxtasis.

Es la relación de estas chicas, bonita, de amistad y amor adolescente. Prostitución y confusión, tristeza, dolor y desamparo.


Samaria

Jae-young... Devolveré todo este dinero.

El infierno con moralidad. ¿No es eso la felicidad?

Es un giro muy introspectivo, una manifestación psicológica radical e inverosímil mezclado con creencias espirituales. Quizá rayando en la locura si enfocamos la personalidad de Yeo-Jing. El amor que va más allá de la muerte, la salvación y aparición activa del padre.


Sonata

Ahora tú sola. Papá ya no te va a seguir.

Situaciones filiales, redención, tan metafórico que da la ilusión de que esto es una película inacabada. Reflexivo e imprevisible.


Personajes:

Jae-young: una chica de la que tenemos pocos datos, salvo que su labor como prostituta no le disgusta ni perturba, le encuentra el gusto, conoce y trata como únicos a cada uno de sus clientes, les ama por ese tiempo, aprecia y comprende. Siempre contenta… tan desolada. Es una de esos personajes raros, que parecen fuera de este mundo, incomprensibles.

Yeo-Jing: la protagonista, con sentimientos de culpabilidad por los actos de su amiga, sentimientos que dominaran sus decisiones, no entiende como puede querer a esos hombres, ella los desprecia. Quiere mucho a su amiga, de ahí su papel de Samaritana, una penitencia.

Yeong-ki: padre cariñoso, celoso, comprensivo, violento. El juez de los salvados.


Una banda sonora adecuada, aunque en momentos me fastidiò (más al principio), un mundo convulso, una actuación muy decente. Cine no convencional con una lectura un poco complicada. Recomendada.


Si no la han visto no lean:

Las cosas que no me gustaron fue cuando Jae-young salta por la ventana, considero un error el que Yeo-Jing haya podido levantarla y llevarla al hospital a cuesta sin que esos mismos policías la alcanzasen.
La otra es el suicidio del tipo de lentes, no lo quería, porque desde que pidió disculpas antes de entrar al departamento se veía venir, fue muy, muy predecible y lamentable.

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