País: Canadá
Año: 2004
Duración: 8 min. aprox.
No sé ustedes, pero yo sólo presto atención a mi sombra cuando camino por la noche bajo las farolas escuchando música a todo volumen en los audífonos, con la intención de sentirme “seguro”, ya que la música me aísla del rededor y así, si de pronto veo la proyección de una sombra más, es momento de dar un vistazo, no vaya a ser que me aborden de violenta forma y me peguen un buen susto.
Pero en fin, cuentos, películas y demás nos recuerdan el carácter fantástico de las cosas. Algo de ello es el desdoblamiento (reflejos y sombras) con una profunda relación con el alma, esa replica sin rostro que nos sigue a todas partes. También, aunque ya no encaja con el corto (que en éste la sombra es mero personaje pasivo a las negociaciones del diablo) está el tema de la temida dualidad que puede abarcar dos hechos, la bifurcación de nuestro yo: nuestro yo oculto y siniestro; y, nuestro otro yo que lucha por ser otro y no una simple imitación (recordar como la sombra se le quería escapar a Peter Pan).
L'homme sans ombre basa su argumento en La maravillosa historia de Peter Schlemihl un cuento largo de Chamisso que cuenta como un hombre hace un trueque con el diablo, a cambio de riquezas le da su sombra.
Perder nuestra única sombra es algo de miedo, pero para el imprudente su razonamiento le dice que es como un apéndice, para nada le sirve, qué más da una sombra, ¿no?, nada se pierde y mucho se gana. Aparece el diablo, tan amable él, con una oferta que a leguas no es de fiar, pero como Peter no es nada prejuicioso con el diablo, acepta. Y como es de esperar las cosas no van como deberían, todos los seres humanos tienen sombra y él no, ¿entonces ahora qué cosa es? Excluido y desolado se la pasa. Es cuando decide emprender la búsqueda de su sombra que por algún lado anda errante.
La historia me recuerda más que al Fausto de Goethe (como sugiere la sinopsis de ese libro) al Pescador y su alma de Oscar Wilde… Les recomiendo leer ambos cuentos, el segundo mucho más breve.
El corto aborda desde una apariencia surrealista los hechos, con el particular estilo pictórico de Schwizgebel. Sin diálogos y una dramática música que logra transmitir la soledad del personaje.
Pero en fin, cuentos, películas y demás nos recuerdan el carácter fantástico de las cosas. Algo de ello es el desdoblamiento (reflejos y sombras) con una profunda relación con el alma, esa replica sin rostro que nos sigue a todas partes. También, aunque ya no encaja con el corto (que en éste la sombra es mero personaje pasivo a las negociaciones del diablo) está el tema de la temida dualidad que puede abarcar dos hechos, la bifurcación de nuestro yo: nuestro yo oculto y siniestro; y, nuestro otro yo que lucha por ser otro y no una simple imitación (recordar como la sombra se le quería escapar a Peter Pan).
L'homme sans ombre basa su argumento en La maravillosa historia de Peter Schlemihl un cuento largo de Chamisso que cuenta como un hombre hace un trueque con el diablo, a cambio de riquezas le da su sombra.
Perder nuestra única sombra es algo de miedo, pero para el imprudente su razonamiento le dice que es como un apéndice, para nada le sirve, qué más da una sombra, ¿no?, nada se pierde y mucho se gana. Aparece el diablo, tan amable él, con una oferta que a leguas no es de fiar, pero como Peter no es nada prejuicioso con el diablo, acepta. Y como es de esperar las cosas no van como deberían, todos los seres humanos tienen sombra y él no, ¿entonces ahora qué cosa es? Excluido y desolado se la pasa. Es cuando decide emprender la búsqueda de su sombra que por algún lado anda errante.
La historia me recuerda más que al Fausto de Goethe (como sugiere la sinopsis de ese libro) al Pescador y su alma de Oscar Wilde… Les recomiendo leer ambos cuentos, el segundo mucho más breve.
El corto aborda desde una apariencia surrealista los hechos, con el particular estilo pictórico de Schwizgebel. Sin diálogos y una dramática música que logra transmitir la soledad del personaje.
1 comentario:
Wish you wrote in english.
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