Autor: Inio Asano
Año: 2003
“Amahiko Suzuki es el protagonista de este oscuro rompecabezas de inquietante fantasía apocalíptica. En torno al malecón de Nijigahara y las vidas cruzadas de una serie de personajes en su infancia y edad adulta se va tejiendo una historia de asesinatos, suicidios, violaciones, acosos, fantasías de monstruos, etc., que, sobre un fondo de densa violencia emocional que lo impregna todo, erige un universo turbio y sórdido que se devora a sí mismo para regurgitarse y perpetuar el sufrimiento. Las bellas y misteriosas mariposas lucientes, omnipresentes en sus páginas pobladas de viñetas como esquirlas, son el trasunto de la presencia de lo sobrenatural que vela y guía unas vidas que parecen abocadas irremediablemente al dolor y la destrucción. ¿Hay lugar para la esperanza en este páramo desolado y sombrío?”
Lo anterior es lo primero que leí acerca de este manga, no fue lo que me motivo, a veces las sinopsis son tan engañosas, más las escritas por la misma editorial. Lo descargué y su misma brevedad me hizo aventármelo de un tirón y debo decir que me agradó bastante.
¿Cómo puedo describirlo, con qué palabras? Vacío existencial. Es un manga bastante depresivo, bastante denso.
Mediante una narración onírica y flashbacks nos trae un paraje tan sombrío, tremendamente desalentador, desolador, de la vida misma expresada por conducto de unos chicos de quinto grado. Es la infancia velada por la indiferencia de vivir, es el sinsentido de los días, y no sólo de estos niños que no tienen otra cosa más que la que tenemos nosotros: un futuro común que nos suma al abismo de gente, tan grande que es insignificante en el universo, y al final de todo, ¿nada vale?
Con un diseño de personajes geniales, tanto los principales como los secundarios, jóvenes y adultos, todos son la misma tristeza andante. Esa que hace suspirar mientras se mira al horizonte y deja un sabor terriblemente insípido.
Una trama que me gustó, multidireccional cual caleidoscopio e inteligente, que no será raro que al final deje dudas y uno regrese unas páginas para releer. Con un dibujo bellísimo, es de degustarse ese realismo paisajista evocador de la fotografía de principios del siglo XX.
No hay mucho que comentar más, sólo sugerir que vale darle una checada y leerlo completo, de principio a fin (se lee como en dos horas máximo). Curioso que a pesar de lo esperanzador que puede resultar cual fulgurosa mariposa blanca, es devastador.
Lo pueden descargar de aquí.
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