lunes, 27 de diciembre de 2010

White Zombie [La legión de los hombres sin alma]


Director: Victor Halperin
País: E.U.A.
Año: 1932
Duración: 70 min. aprox.
Trailer

Primera película de Zombis colocada desde hace mucho en el escaparate del cine de culto, con un Béla Lugosi que comenzaba a alimentar la naciente obsesión de Ed Wood, parodiándose su versión vampírica de apenas un año atrás, y es que a pesar de que hay tres películas que separan a Dracula y White Zombie, es apenas un año, rápido que se rodaba en aquellos tiempos. También tenemos la sonoridad revolucionando al cine, que hace de esta película un ejemplo de dicha transición, un buen exponente para hacer notar la emergente productora del hermano del director (que no le tiene nada que envidiar, en este caso/tema, a otras más reconocidas como Universal).



La historia es sencilla, la narrativa lineal y su metraje breve, supongo es el que ayuda a hacerla… sí, ¿por qué no? entretenida. Va de una pareja de enamorados que recién llega a Haití, Madeline y Neil. Lúgubre isla, con una atmósfera malsana, empapada del folclor y misticismo de las costumbres locales, donde desde ya, tenemos a los lugareños realizando un entierro en plena carretera, con el propósito de que a vista de cualquier transeúnte será menos probable que brujos y ladrones saqueen la tumba.
La pareja llega a la mansión de Beaumont, con el fin de… casarse. Sucede que en un barco se conocieron Madeline y Beaumont, éste quedó flechado por su belleza y a sabiendas de que está pronta a casarse, se juega su única carta: convencerla de visitarle, ahí mismo realizar la ceremonia y el banquete en su honor, todo corre por su cuenta claro, deseos de persuadirla de preferirle a él disfrazados de generosidad.
El amor de Madeline es real, Beaumont ante tan desolador panorama acude con el maligno Legendre (Lugosi), docto en las artes oscuras de los negros antillanos, el vudú. Este hombre es capaz de ejercer su voluntad sobre cualquier persona mediante la zombificación, y así es como la bella Madeline, aparentemente muerta al principio, cae en las manos de Beaumont, convertida en la White Zombie.
Terriblemente afligido Neil gira en un torbellino decadente de dolor y tristeza, no es sino con la ayuda del sabio Dr. Bruner que atisba un rayo de esperanza cuando ambos deciden enfrentar a Legendre y su legión de hombres sin alma.

Si están acostumbrados a los zombis de hoy en día en un mundo post-apocalíptico, ésta es una alternativa que ofrece una explicación a ese macabro estado, donde la razón no dista de lo real, pues si bien tergiversa el vudú mezclando la zombificación (que "se basa" en el mero uso de alguna toxina, psicoactivo o no sé, X mejunje) con los maleficios de los muñecos de cera, la perspectiva es real. Pues en ese tiempo, y aún hoy en día, el sincretismo caribeño aún despierta temores y atrae turistas a la isla con la esperanza de llenarse de ese folclor o mínimo, escuchar unas buenas leyendas sobre zombis sobreexplotados en las plantaciones de opulentos y malvados personajes.

Por otro lado, aquel comentario de que a los zombis no les molesta trabajar horas extras me sacó una sonrisa, y el final… no me defraudo, no esperaba algo diferente al típico formato de villano perverso derrotado por la fuerza del amor, con la breve aparición del personaje bobo (el Dr. Bruner y sus cerillas) para darle ese punto final a la cursilería del “y vivieron felices”.

Les dejo un enlace para descargarla. Tal vez quieran buscar otro porque está versión está doblada al español latino. Click acá.

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